El pequeño salón estaba desordenado,los manteles y cubiertos formaban una montaña a los pies de la ventana,y las cortinas estaban enredadas entre sí.Visto desde donde ella estaba daba la impresión de que un vendaval hubiera arrasado el local.
Después de ver aquello,volvió sobre sus pasos a la calle,buscó su móvil en el bolso y marcó el número de Abu.Su voz temblaba y repetía una y otra vez -Cógelo cógelo..-
-¿Dígame?
-Daniel di a Salvador que se ponga.
-Está ocupado en el ordenador y no se puede poner,díme.
-¡Di a Salvador que se ponga YA!
-Bueno bueno, tranquilita que ya se lo paso…(Abu,es Espe….no sé está muy nerviosa y quiere hablarte)..ya se pone.
-Dime pequeña,¿qué te pasa,dice Dani que estás…?
-Escuchame y escucha bien,primero en el asilo ha entrado alguien y está todo revuelto y las monjas no pueden con los viejos,del hostal la gente se está yendo porque dicen que hay fantasmas,en casa de Maruja hay revuelo porque según parece anoche alguien discutía en la taberna y rompía cosas,y cuando he entrado…(sollozos)…Abu cuando he entrado…
Y hablando para si pero en voz alta,no se dio cuenta de que estaba entrando de nuevo a la taberna.
Sus pies la guiaron hasta el patio.
-Esto no puede ser cierto..
Su bolso se escapó de sus manos y de el salieron el móvil las llaves y su pequeño espejito rodando a su alrededor.
Las mesas del patio formaban un círculo y,en el centro el enorme macetero que contenía un Jazmín ya con tronco como un árbol debido a su vejez.
Ese olor dulce sólo se dejaba disfrutar por la noche,pero en ese momento era tan intenso como nunca antes ella recordara.
Se agachó a recoger sus cosas.
Metió el móvil en el bolso,las llaves,pero se paró a comprobar si su espejito seguía intacto.
Abrió la cajita y se miró.
-Vaya,qué suerte que no te haya pasado nada-Suspiró
-Pero qué..
Vio algo reflejarse en el espejo,y se volvió a mirar,pero nada.Volvió a mirarse y esta vez era mucho más nítido,alguien había pasado detrás de ella.
-¿Hola?Está cerrado.
Nadie contestaba
-Estoy fatal,ya imagino cosas.
El olor del jazmín en su fuerza era comparable a una escala de colores,cuando llegó era blanco,a penas se apreciaba;se volvió rosa cuando llegó al patio,y ahora era rojo sangre.
Cogió de nuevo el espejo para cerrarlo y…No podía ser…Un señor de piel oscura se reflejaba claramente tras su imagen, sacudió la mano saludándola y vio petrificada como en sus labios se leía hola sintiendo su aliento en la nuca.
Se volvió para golpearle con el bolso...allí no había nadie.
Madre mía!! ya me he leído todas las entregas! sigue por favor! quiero saber más!! ainss... no puedo parar de imaginarme a la Espe auténtica...y más la casa de los abuelos... no sé porque será jajajja un beso y sigueeeeee
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