lunes, 24 de octubre de 2016

Algun@s pierden la cuenta, otr@s contamos las horas.

Qué importa que el tiempo pase o se detenga, si un sentimiento te explota en la cara, déjalo salir y no mueras en la honda expansiva.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Miedo Entre Jazmines XVII

Salvador se ausentó durante unos breves minutos.
Mientras tanto, Daniel seguía jugando a los dobles sentidos y las caricias furtivas con Lola y, Esperanza…. Ella se estaba impacientando…

¿Qué se traía Salvador entre manos? ¿A qué venía tantísimo misterio?
Pronto lo descubría, y no sería agradable.

Salvador apareció de la nada con una tabla de madera que en sus mejores momentos formó parte de una antigua mesa: el barniz casi inexistente, el color perdido seguramente por haber pasado horas al sol en esas tardes in-tempestuosas de esta Córdoba calurosa hasta el desmayo, lo que antes fueran esquinas talladas ahora convertidas en redondeces sin esplendor…

-Bueno bueno, aquí está.

Daniel apartó la vista de Lola con disgusto, Lola sonrió y la curiosidad asomó a su rostro, Esperanza seguía sin poder mover uno solo de los músculos de su cuerpo.

-A ver, por favor…-anunció Salvador con voz cantarina- ¡Dejadme sitio!

Cuando colocó con suma delicadeza el tablero ajado sobre la mesa en la que comieron, a Esperanza se le escapó un suspiro ahogado y su cuerpo se aflojo de tal forma que creyó caer de la silla en la que se encontraba.
El olor a Jazmín empezaba a marearla, y esa imagen tan cerca de ella no la ayudó a retomar la compostura.

-¿Qué, jugamos un ratito?

-Pero Abu ,¿se puede saber de dónde has sacado esto?- comentó Daniel.

-¡Qué pasada!- afirmó Lola-¡Nunca había visto una tabla Ouija de estas dimensiones!¡ Y está pintada sobre la mesa!

-No es pintura niñata estúpida- espetó con violencia Salvador- está tallada con gran esmero y mejor detalle.

Esas palabras salieron con voz de real admiración por el tallado mientras sus manos acariciaban cada detalle.

-Esperanza cariño mío, cambia a carita, que no va a morderte… ya está domesticada..

Pero ella no pudo retener su gesto.. Repulsión, terror, angustia…

Miedo Entre Jazmines XVI

Sentados los cuatro a la mesa los únicos que compartían miradas eran Daniel y Lola.

Ya se presentó el primer conflicto a la hora de elegir asiento.
Salvador quería que entre el y Esperanza estuviera Lola y así evitar que  Daniel tuviera excesivamente cerca a la chica guapa.

Cenaron conversando sobre trivialidades, algunas bromas de Daniel hacia Lola, miradas de desprecio descaradas por parte de Salvador…

Recogieron y se prepararon para partir de nuevo cada cual a su lugar de descanso, y empezó a oler a jazmín.

Esperanza se quedó petrificada.

A la cara de Salvador asomó una sonrisa extraña.

Este agarró con fuerza el brazo de Esperanza la miró con ojos desorbitados y dijo dirigiéndose a ella pero con voz fuerte para que los demás le escucharan:

- Esperad, no tenemos prisa, vamos a hacer algo que será divertido en un sitio tan antiguo como este.

-Abu - dijo Esperanza - por favor, dejémoslo por hoy.

-Mmmh.. ¿No lo hueles ? No puede ser que no lo huelas. Es el olor de la paz y la meditación querida, es el momento perfecto para lo que estoy pensando…

-Vamos Abu - soltó Daniel como si hubiera escupido- ¿Qué está tramando esa cabecita loca?

Y la cara de Salvador se transformó. 
Sus cejas se arquearon, sus ojos se abrieron como ventanales esperando la brisa de la mañana, y su expresión se volvió dura, amarga, con una media sonrisa de semi-satisfacción.

-Paciencia queridos míos, para todo hay un tiempo, y este es definitivamente el nuestro.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Miedo Entre Jazmines XV

Daniel salió con los ojos muy abiertos y una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Vaya Lola! ¡Que bien que ya hayas llegado!

Daniel coqueteó con ella, le dio dos besos…
-¡Aaabuuu, ya ha llegado Loolaaaa!

Esperanza no podía creer lo que estaba viendo..
¿Una chica nueva para trabajar? Pero si para pagarle a ella hacían filigranas, ¿cómo se podían permitir a otra chica?

Salvador salió con cara de pocos amigos limpiándose las manos con un ajado trapo de cocina, y dijo con tono de impaciencia y revisando a la chica de arriba a bajo:
-AH, muy bien. Pues venga, preséntate a Esperanza  que es la verdadera y única “hembra alfa”. Ah, y otra cosa… nunca olvides lo de “hembra alfa”, ella hace, deshace aquí como Daniel y yo, así que respétala como a una jefa más.
Y volvió a la cocina como había salido.

A Esperanza se le escapó una sonrisa al imaginarse como loba dominante de la manada.

Daniel miró con un toque de desprecio a Esperanza, y guiñó un ojo a Lola.

-Esperanza, ven cariño…

La llamó como lo hacen los ricos que desprecian a la clase obrera.

-Esta es Lola, enséñale todo lo que tiene que saber. Lola cariño, me voy con Abu que enseguida se pone “celosón“.

Sí, estaba coqueteando con un descaro que cegaba,  y a Esperanza se le quedó la boca abierta.

-Lola ¿verdad? Encantada, no podemos perder tiempo que ya mismo están aquí los primeros clientes.


La tarde transcurrió con normalidad.
Esperanza enseño a Lola todo lo que tenía que saber sobre la historia del local para explicarla a los comensales, y sobre cómo colocar las copas, cubertería etcétera.

La chica era simpática, y en el fondo, a Esperanza le venía bien no estar sola y así no pensar en nada más que en servir las mesas y bromear con alguien de vez en cuando.

Acabó la tarde relativamente temprano, a las 11.30 de la noche, y como de costumbre compartieron tareas para recoger, limpiar y preparar la cena, esta vez siendo uno mas en su reducido grupo.

Ya con la mesa puesta y dispuestos a sentarse, Salvador pidió a Esperanza que lo acompañara a la cocina.
-Espe… ¿qué te parece la tía esta?
Un comentario despectivo que confirmaba su disgusto ya demostrado con su forma de actuar con la chica nueva.
-Mira Abu, para ser el primer día no está mal. Ha sabido comportarse y no le ha importado llevarme a sus mesas disculpándose de antemano para que tradujera a los clientes de habla inglesa el menú. A de más parece simpática… no parece mala chica.

- …mmmm.. Tiene algo … es como cuando te conocimos, pero una sensación totalmente contraria…

- Abu quisiera aprovechar para decirte…

-Venga vamos a cenar.

-Pero Abu quisiera hablarte de…

Salvador se volvió con violencia, y la miró con angustia.
-He dicho que vamos a cenar.

¿Había evitado el tema o solo le había parecido?
Estaba claro que él sabía de que le iba a hablar, pero no le importaba mucho, la noche había transcurrido sin problemas, así que lo dejaría para el día siguiente.

Lo que ella no sabía era que, esa noche, no la volvería a olvidar.

Miedo Entre Jazmines XIV

Más dudas.

Ella no era una “médium”.

El espíritu claramente se le representó como un hombre, o eso creía ella, pero la pregunta era por qué ese nombre, Davida era nombre de mujer.

Tal vez era la señora que la ayudó, pero no.
Desechó esa idea ya que, en su sueño el ente se presentaba como una de las voces del remolino que la rodeó.

Cuanto más ahondaba en el tema, más dudas surgían.

Ahora, el siguiente paso  sería volver a la taberna y preguntar a Abu qué sabía sobre todo aquello.

En su camino hacia la taberna pensó una y otra vez cómo abordaría el tema, porque realmente aunque lo parecía, no era nada sencillo.

La taberna estaba abierta.
Era algo extraño, ya que Abu y Daniel no eran nada puntales, y ella al igual que los demás días, había llegado con sus 10 minutos de adelanto.

Corría una suave brisa que hacía mover con suavidad las cortinas.

Lo primero que hizo al cruzar el umbral fue respirar hondo.
Nada, ni una leve brizna de olor a jazmín.

Caminó con decisión hacia la cocina, y allí, en silencio, estaban los dos preparando cuscús y algo de pollo a la crema.

-Vaya guapa, no te hemos oído entrar.
El saludo de Abu fue frío, demasiado frío.
No era el momento de preguntar, pero Esperanza se quedó en la puerta mirándolo, deseando que salieran de su boca las preguntas que querían escapar a borbotones...
-¡No te quedes ahí embobada, y acaba de preparar el patio!
Vaya, Daniel también estaba… raro.
Ni si quiera la miró cuando le dio la primera orden de la tarde.

El patio…
Tenía que entrar en el patio…

Soltó su bolso en un perchero que había en la cocina tomándose su tiempo, despacio, alargando el momento de acudir a la llamada silenciosa del jazmín.

-¡Quieres darte prisa! ¡No tenemos toda la tarde! Sabes de sobra que los guiris cenan temprano…
-Daniel por favor…
….
-Perdona Daniel- contestó Esperanza con la cabeza baja- ya voy.

Desde las cristaleras veía cada mesa en su sitio.
-Seguro que entre los dos han puesto el jazmín en su sitio y todas las mesas.
Suspiró, se acercó al mueble aparador para coger los manteles y servilletas y, alguien entró.
Era una chica de la edad de Esperanza.
Su pelo negro alcanzaba la cintura haciendo ondas, y se movía con cierto aire de superioridad.
Los grandes ojos azules, radiografiaban todo y cada uno de los rincones por los que iba pasando.

-Excesivo maquillaje- pensó Esperanza.

Cual fue su sorpresa cuando vio que según se acercaba a la cocina, sacaba un mandilito  blanco de una bolsa, y se lo iba poniendo mientras gritaba:
-¡Salvadooor, Danieeeel, ya estoy aquí!

jueves, 30 de septiembre de 2010

Miedo Entre Jazmines XIII

Tenía que hacer algo.

Cogió la vela con suavidad y la volvió a colocar en su escondrijo.

La tapa de la caja en la que se encontraba la ouija la dobló ya introdujo en su bolso.

Se agachó a recoger la moneda… acercó los dedos muy despacio, pero se arrepintió a punto de tocarla y frotó su mano, intentando limpiar una suciedad inexistente, en la pernera de su pantalón.

Se puso en pie y mordiéndose las uñas paseó de una esquina a otra de la habitación, sin quitar ojo de la antigua moneda.

Pensaba en cómo si estaba dormida había podido encender la vela, buscar un bolígrafo y escribir aquel abecedario con sus demás detalles en un cartón, haber buscado esa moneda que también se hallaba escondida en un pequeñísimo joyero junto con otras 2...

Y ese nombre que se repetía una y otra vez en su cabeza… Davida…
¿Existiría realmente ese nombre?

Decidida, aunque no convencida, se agachó y la cogió.
¡Increíble!
La moneda estaba caliente, pero era un calor agradable, muy similar al que produce la mano de un amigo al ser tocada.
La colocó junto a las otras dos.

Se vistió y decidió ir en búsqueda de respuestas.

Primero iría a un ciber.
Al no tener ordenador en casa, ese era el modo más rápido de buscar respuestas.

Davida: femenino de David, el elegido de Dios, del hebreo “amado”.

-¿Femenino de David? Su voz era varonil, no es posible que se trate de una mujer…

Escribir dormido… escritura mientras se duerme…. Escritura en trance..

Escritura en trance: Escritura automática. El fenómeno de la escritura automática consiste e que un médium “escribe” lo que le dicta un espíritu ajeno, de manera que el lápiz o la pluma se mueven, prácticamente solos sobre la hoja de papel. Este es el procedimiento que empleó la señora Pearl Curran, ama de casa británica de principios del siglo XX, para transcribir la enorme cantidad de obras literarias que, entre 1913 y 1938, le transmitió la misteriosa “Patience Worth”.
El principiante en materia de escritura automática tiene que ser muy paciente, ya que pueden pasar horas antes de que la pluma empiece a moverse, aparentemente, por su cuenta. Algunas personas nunca lo consiguen, y sólo obtienen garabatos sin sentido o letras amontonadas. Pero otros reciben mensajes coherentes, inteligentes y “aparentemente” llenos de sentido; incluso algunas veces transcriben sus comunicaciones en una letra muy diferente a la suya.

Sacó la tapadera de cartón arrugada y medio rota de su bolso, y pidió un folio al del ciber junto con un bolígrafo, y repitió lo escrito.

Realmente eran diferentes caligrafías, aunque también tubo que admitir que la que estaba escrita sobre el cartón era una letra temblorosa.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Miedo Entre Jazmines XII

Estaba tumbado sobre ella, comprimiendo su pecho con todo su peso, inmovilizándola por completo.
Miró a un lado y a otro,y vio como comenzaron a aparecer personas borrosas que no podían apartar su vista de ellos dos.

-Mírame….¡Mírame bien porque no será esta la última vez que veas este rostro!

La frente se hizo nítida…sus cejas oscuras y espesas mostraban expresión de enfado, de ira.
Los ojos muy abiertos no tenían brillo, negros, profundos vestidos con unas largas pestañas.
Sus mejillas altas, la nariz fina y con las cavidades abiertas.
Su boca…¡qué horrible expresión de satisfacción!, con sonrisa malévola y barbilla picuda..

-Me ves… ¡me ves!

Despertó.

Una bocanada de aire llenó sus pulmones.
Sudada y asustada apretó sus párpados cerrados , y los abrió.
Se vio sentada en la cama.
A tan solo medio metro, sobre la cama, una vela azul que tenía escondida para que la abuela no la tirara… encendida.


Frente a ella una ouija escrita sobre la tapadera de una caja de zapatos, y su dedo índice apoyado en una vieja moneda de 1 peseta de 1979 que no paraba de moverse de una letra a otra.
Seguía el mismo camino una y otra vez, pero Esperanza aún estaba aturdida y necesitó unos segundos para enfocar su vista.
Intentó levantar el dedo,¡claro que lo intentó! ¿Quién no lo hubiera hecho encontrándose en una situación igual?
Pero no logró moverlo, ese brazo tenía vida propia, o al menos eso le parecía a ella.
Con la otra mano también intento apartar su dedo de la moneda pero éste seguía sin responder a sus órdenes.

No le quedaba más remedio que centrarse en lo que aquella moneda intentaba comunicarle…

D-A-V-I-D-A
… dos giros a todas las letras q en esa caja de zapatos se encontraba y de vuelta a la D seguido de la A-V-I-D-A..

Leyó en voz alta.
-¿Dávida? ¿Quién es Dávida?
-Y-O S-O-Y D-A-V-I-D-A E-S-E E-S M-I N-O-M-B-R-E
-Pero ¿quién eres, qué quieres?

Como un golpe tubo la imagen de ese hombre moreno de entradas pronunciadas, sobre ella, aplastando su pecho..

-¡Oh! Tú otra vez…. No por favor… no..

Su dedo volvio a moverse.

-P-O-R E-S-T-A V-E-Z H-A S-I-D-O S-U-F-I-C-I-E-N-T-E …. R-E-C-U-E-R-D-A Q-U-E S-I-E-M-P-R-E E-S-T-A-R-E- A T-U L-A-D-O … ADIOS

Y la vela se apagó …y su brazo sintió un hormigueo… y la moneda salió despedida.